“¿¡¿Aquí?!?” La sorprendente función de bombeo revelada al diseccionar un corazón real de ave
Soy Ken Kuwako, su entrenador de ciencia. ¡Cada día es un experimento!
Las aves se elevan en el cielo… ¿De dónde sacan esa energía para batir sus alas con tanta intensidad y sin parar? El secreto se esconde en un «motor de alto rendimiento» oculto en su pequeño cuerpo. No es otro que el corazón, una máquina tan o más sofisticada que la nuestra.
En esta ocasión, les traigo el informe de una disección que realizamos con mis estudiantes durante una clase especial de 75 minutos: la del corazón de ave (corazón de pollo). A través de este pequeño órgano, nos adentramos en el misterio de cómo la vida bombea energía a todo el cuerpo.
Les invito a descubrir la sofisticada ingeniería de la vida, algo que solo se revela al tocar el órgano real y que los libros de texto no pueden mostrar.
Primero, imaginemos la estructura
Antes de empezar la disección, repasemos el mecanismo básico del corazón. Si seguimos la historia evolutiva de los animales, vemos que los peces tienen «una aurícula y un ventrículo», los anfibios «dos aurículas y un ventrículo», mientras que las aves y los mamíferos poseen la estructura más evolucionada: dos aurículas y dos ventrículos.
Este sistema, que permite separar completamente la sangre oxigenada de la que transporta dióxido de carbono, es precisamente lo que sustenta el alto metabolismo que necesitan las aves para mantener una temperatura corporal elevada y volar con tanta intensidad.
Para esta clase, preparamos como material didáctico «corazones de pollo» (o menudillos de pollo) que se pueden conseguir fácilmente en cualquier supermercado. Un paquete de 2 kg contiene entre 130 y 140 unidades, lo que es ideal para que cada estudiante de la clase pueda tener uno para observar.
Corazones de pollo nacionales 2kg
Antes de la disección, ver el siguiente video para visualizar el corazón en movimiento hará que los puntos clave de la observación sean mucho más claros.
Observación interna del corazón con tijeras de cocina
Al oír «disección», uno podría pensar en el bisturí y en algo complicado, pero en las clases de secundaria, unas simples tijeras de cocina son una herramienta excepcional. Permiten abrir la pequeña estructura del corazón de forma segura y sin dañarla, usando bien la punta de las hojas.
Procedimiento de observación
1. ¡Corte vertical del corazón! Primero, cortamos el corazón en dos mitades a lo largo con las tijeras y observamos la sección transversal. El primer paso es confirmar con nuestros propios ojos que el corazón no es solo un bloque de músculo, sino que tiene cámaras (huecas) en su interior.
2. Abrir con un corte lateral. Para observar la estructura con más detalle, introducimos las tijeras lateralmente y extendemos el corte hasta aproximadamente dos tercios de la longitud total. Esto nos permite ver, como en un panorama, cómo están dispuestas y conectadas el ventrículo izquierdo, el ventrículo derecho, y cada una de las aurículas.
El asombroso descubrimiento: la pequeñez del ventrículo derecho y la potencia del izquierdo
Al ver la sección transversal que acababan de cortar, los estudiantes exclamaron con asombro por doquier. Dado que el corazón de ave es muy compacto, localizar las aurículas requiere un poco de maña, pero lo que realmente captó la atención de todos fue el tamaño del ventrículo derecho.
En comparación con el ventrículo izquierdo, el ventrículo derecho del ave es ¡sorprendentemente delgado y pequeño! Es tan diminuto que uno podría dudar, pero, en contraste, la pared del ventrículo izquierdo —que bombea sangre a todo el cuerpo— era un grueso y robusto bloque de músculo.
El ventrículo derecho solo tiene que enviar la sangre al pulmón, un órgano que está justo al lado. En cambio, el ventrículo izquierdo debe impulsar la sangre hasta el último rincón del cuerpo, a veces incluso desafiando la gravedad. Esta diferencia abrumadora en el grosor muscular es, precisamente, el plano de diseño de la vida en su búsqueda de la máxima eficiencia.
Siguiendo el camino de la sangre
Por último, realizamos un experimento para confirmar la dirección en que fluye la sangre. Introducimos con cuidado un palillo de dientes en el ventrículo izquierdo y lo empujamos hacia el interior.
¡Y de repente, la punta del palillo asomó por la aorta!
El palillo en primer plano es la aorta, y el palillo al fondo es la vena cava
En ese instante, el corazón que parecía ser un montón de partes inconexas se revela como un sistema de bombeo perfecto y unificado. Es la contundente autenticidad de la pieza real, algo que las ilustraciones de un atlas nunca podrán transmitir.
El pequeño corazón de pollo nos enseñó la nobleza de un corazón que trabaja sin descanso para que podamos vivir. ¡Les animo a experimentar esta «ingeniería de la vida» en sus propias escuelas!
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