¡La mesa se convierte en laboratorio! El sorprendente mundo oculto de los “Chirimon” en los peces diminutos

¡Hola! Soy Ken Kuwako, instructor de ciencias. Para mí, cada día es un experimento.

¿Alguna vez te has detenido a observar de cerca el “chirimen-jako” (pequeñas crías de sardina secas) que acompaña tu arroz? Aunque parezca solo comida, en realidad es una cápsula que contiene el vasto ecosistema del océano. Hoy les traigo un reporte de una actividad que realicé con mis alumnos del club de ciencias: “La búsqueda del tesoro marino”. Este tema incluso aparece en los libros de texto actuales. ¡Prepárate para transformar tu mesa en un emocionante laboratorio!

“Monstruos de Chirimen”: Un pequeño acuario en tu plato

Lo que hoy es tendencia, e incluso aparece en los libros de biología de la editorial Keirinkan, es la búsqueda de los Monstruos de Chirimen (apodados “Chirimon”). Estos monstruos no son más que pequeñas criaturas distintas a las sardinas que quedan mezcladas durante la pesca. Hablamos de bebés de camarón, cangrejos, pulpos, moluscos y, a veces, hasta parientes de los caballitos de mar. ¡Hay una biodiversidad increíble escondida allí!

Normalmente, estos se retiran como “impurezas”, pero si cambiamos nuestra perspectiva, se convierten en el mejor material didáctico para aprender sobre la biodiversidad marina. Conseguí una muestra y me puse manos a la obra con mis alumnos para identificarlos. Nuestra mejor guía fue este libro:

¡Busca a los Monstruos de Chirimen!

La importancia de que “no estén seleccionados”

El chirimen-jako que compras en el supermercado suele estar meticulosamente limpio y seleccionado para evitar quejas de los consumidores. Sin embargo, para nosotros, ¡la mezcla es lo más valioso! Por eso, esta vez compramos chirimen-jako sin seleccionar directamente de un proveedor educativo. Así, la probabilidad de encontrar variedad es mucho mayor.

Aquí pueden ver la muestra del supermercado para comparar. A veces se encuentra algo si buscas bien, como en este paquete de Awajishima.

Y aquí está la muestra “sin seleccionar” que pedimos.

¡La diferencia salta a la vista! Ese caos es el verdadero rostro del mar. Con pinzas en mano, comenzamos nuestra expedición.

¡Hallazgos! Los micro-habitantes del océano

Lo más fácil de encontrar son los pequeños camarones. Conservan un color rojizo muy llamativo.

También aparecen peces con formas totalmente distintas a las de la sardina común.

Un truco para la observación es usar papel negro. Los cuerpos blancos resaltan y es mucho más fácil apreciar detalles como la forma de las aletas.

¡Miren esto! Un pez muy alargado y extraño. Podría ser un pez aguja o algún pariente del caballito de mar.

Aquí tenemos un bebé de pulpo (o quizás calamar). Es adorable ver que, incluso a este tamaño, ya se distinguen sus ventosas y tentáculos.

“¿Qué es esto?” Cuando aparece una criatura desconocida, a los alumnos les brilla la mirada.

¿Será un pequeño bivalvo? Se ve muy transparente y delicado.

La alegría de la identificación: Consultando la guía

Comparar lo que encontramos con las fotos del libro para descubrir sus nombres es la esencia de la investigación científica.

Resulta que este pez de aletas peculiares es un pariente del pez conejo (Siganus). De adultos son conocidos por tener espinas venenosas; es increíble ver ese rasgo desde que son bebés.

Este resultó ser, efectivamente, un pequeño pulpo.

Incluso hallamos un tipo de camarón de aguas profundas. Es sorprendente que criaturas del fondo del mar terminen mezcladas en nuestra comida.

¡Parece un alien! La impactante larva “Zoea”

Pero el gran descubrimiento del día fue este: un ser con largos cuernos en la cabeza que parece venido de otro planeta.

Se trata de una larva de cangrejo en su etapa conocida como Zoea.

Cuando pensamos en cangrejos, imaginamos su caparazón caminando de lado, pero de bebés flotan en el mar como plancton con esta forma tan extraña. Después pasarán por la etapa de “Megalopa” (parecida a un ermitaño) antes de convertirse en el cangrejo que todos conocemos.

Es, sin duda, el misterio de la vida. De un simple plato de chirimen-jako podemos aprender sobre la cadena alimenticia y los ciclos de vida. Les animo a que lo intenten en casa con sus hijos; ¡seguro que encontrarán algo que les deje con la boca abierta!

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